Sultan Mahmud II: El reformador que aniquiló a los jenízaros

Imagine a un gobernante tan desesperado por el progreso que ordena bombardear su propia capital para destruir a su propio ejército. No es ficción: se trata del Sultán Mahmud II. Es una de las figuras más fascinantes y, a la vez, trágicas de la historia otomana.

A menudo llamado el «Pedro el Grande de Turquía», Mahmud II heredó un imperio al borde del colapso. ¿Su respuesta? Reformas radicales. Derribó las viejas estructuras, cambió el turbante por el fez y sustituyó a los mercenarios medievales por soldados modernos. Sin embargo, su legado es agridulce: mientras sentaba las bases de la Turquía contemporánea, el imperio perdió drásticamente territorio bajo su mando, desde Grecia hasta Egipto.

El sangriento ascenso al trono: Sobreviviendo en la «Jaula de Oro»

El príncipe Mahmud nació el 20 de julio de 1785 (durante el mes sagrado del Ramadán, una época que hoy seguimos con el Calendario de Ramadán en Turquía) como hijo del Sultán Abdülhamid I y Nakşidil Sultan. Su camino al poder fue de todo menos seguro. Tras la muerte de su padre, pasó su juventud en el infame «Kafes» (la jaula), una lujosa prisión dentro del palacio para potenciales herederos al trono.

El año 1808 marcó un punto de inflexión. Su medio hermano, el sultán reinante Mustafa IV, ordenó la ejecución de todos sus parientes varones para asegurar su propio poder. Mientras su primo Selim III fue asesinado, Mahmud logró escapar por los tejados del palacio. Con la ayuda de rebeldes que apoyaban las reformas, Mustafa IV fue derrocado y Mahmud, de 23 años, ascendió al trono como el único heredero superviviente.

Retrato del Sultán Mahmud II

El «Incidente Afortunado»: El fin de los jenízaros

La mayor amenaza para la visión de Mahmud —y para su propia vida— no eran las potencias extranjeras, sino su propia tropa de élite: los jenízaros. Antaño el orgullo del imperio, se habían convertido en un corrupto «estado dentro del estado» que respondía a cualquier intento de reforma con sangrientas revueltas.

Mahmud II esperó 18 años el momento adecuado. En 1826, anunció la creación de un nuevo ejército entrenado al estilo moderno. Como era de esperar, los jenízaros se rebelaron el 15 de junio de 1826 y marcharon contra el palacio.

Pero el Sultán estaba preparado. Desplegó el Estandarte Sagrado del Profeta para poner al pueblo de su lado y ordenó a su nueva artillería disparar contra los cuarteles de los jenízaros. Miles murieron en las llamas o fueron ejecutados. Esta masacre pasó a la historia como el Vaka i Hayriye (El Incidente Afortunado). Fue brutal, pero eliminó el mayor obstáculo para la modernización de Turquía.

Representación de los jenízaros

El Reformador: Una nueva cara para el imperio

Sin los jenízaros en su camino, Mahmud II tuvo vía libre. Sus reformas afectaron casi todos los aspectos de la vida pública y sentaron las bases del futuro movimiento nacional turco.

Revolución militar

  • Ayuda prusiana: Mahmud invitó a expertos extranjeros, incluido el famoso oficial prusiano Helmuth von Moltke, para entrenar a su nuevo ejército.
  • La Mahmudiye: En 1829, ordenó la construcción del buque de guerra más grande del mundo. El Mahmudiye contaba con 128 cañones en tres cubiertas y era un gigante flotante para su época.
  • Formación moderna: Fundó una academia médica militar y una escuela de guerra para formar oficiales siguiendo el modelo occidental.
El buque otomano Mahmudiye
El Mahmudiye fue durante años el buque de guerra más grande del mundo.

Vestimenta y sociedad

Mahmud entendía el poder de los símbolos. Prohibió el turbante para los funcionarios estatales e introdujo el fez, así como los pantalones y la levita de estilo occidental. Lo que hoy nos parece tradicional, en aquel entonces fue una ruptura impactante. Quería que sus funcionarios no parecieran visires medievales, sino burócratas europeos.

Educación

Introdujo la educación primaria obligatoria y envió por primera vez a estudiantes otomanos a Europa para estudiar medicina, diplomacia e ingeniería. Esta generación sería la encargada de impulsar más tarde las reformas del Tanzimat.

Grandes pérdidas: El precio de la debilidad

A pesar de sus esfuerzos, Mahmud heredó un imperio que se había quedado atrás militarmente. Su reinado estuvo marcado por dolorosas pérdidas territoriales que redibujaron el mapa de Oriente Próximo, afectando incluso a regiones de gran importancia histórica.

La Guerra de Independencia de Grecia

En 1821, los griegos se rebelaron contra el dominio otomano. Mahmud pidió ayuda a su poderoso gobernador de Egipto, Muhammad Ali Pachá. Aunque inicialmente pudieron reprimir las revueltas, la intervención de las grandes potencias europeas lo cambió todo. En la Batalla de Navarino (1827), la flota otomano egipcia fue derrotada por los barcos aliados. En 1830, el imperio tuvo que reconocer la independencia de Grecia.

La traición de Muhammad Ali Pachá

La ironía más amarga de su reinado fue que su propio vasallo, Muhammad Ali Pachá de Egipto, se volvió más poderoso que el propio Sultán. Cuando Mahmud le negó el control sobre Siria, el ejército egipcio marchó hasta las profundidades de Anatolia. Solo la humillante ayuda de Rusia salvó el trono de Mahmud. Poco antes de morir, en 1839, su ejército sufrió otra derrota catastrófica contra los egipcios en la Batalla de Nezib.

Muhammad Ali Pachá

Muerte y legado

El Sultán Mahmud II murió el 1 de julio de 1839 a los 53 años, a causa de la tuberculosis. Algunos historiadores sugieren que el enorme estrés y su estilo de vida aceleraron su fin. Murió sin conocer la derrota final en Nezib, lo que quizás le evitó un último dolor de corazón.

Su hijo, Abdülmecid I, le sucedió en el trono y poco después proclamó el Edicto de Tanzimat, el programa de reformas que Mahmud había preparado. Aunque perdió muchos territorios, Mahmud II logró algo vital: aseguró la supervivencia del Estado y lo transformó de una reliquia medieval en una potencia que buscaba su camino hacia la modernidad.

Familia y linaje

La dinastía otomana daba gran importancia a su linaje. El árbol genealógico de Mahmud se remonta hasta Osmán I e incluye figuras clave presentes en 10 sitios bíblicos en Turquía y la historia de Ertuğrul Gazi.

Sultán Mahmud II, hijo de Abdülhamid I, hijo de Ahmed III, hijo de Mehmed IV. hasta Osmán, hijo de Ertuğrul Gazi.

Como era habitual en el harén, el Sultán tuvo varias consortes. Entre las más conocidas destacan:

  • Bezmiâlem Sultan: Madre del Sultán Abdülmecid I.
  • Pertevniyal Sultan: Madre del Sultán Abdülaziz.
  • Aşubcan Kadın
  • Hoşyar Kadın

Su vida demuestra que el cambio real suele ser doloroso y requiere sacrificios, una lección que resuena una y otra vez en la historia de Turquía.

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